Los cambios que la ciudad de Montería ha experimentado en los últimos años son para muchos expertos en urbanismo el ejemplo de que voluntad y visión son los fundamentos de toda transformación social.
Su alcalde Carlos Eduardo Correa, invitado al foro “Ciudades exitosas” en la sede de la Fundación Universitaria Areandina de Valledupar, puede considerarse el mayor exponente de un proyecto que se ha ganado el apoyo de sus conciudadanos y de muchas miradas a nivel nacional.
Procedente del sector privado, Carlos Eduardo ilustra perfectamente el paradigma del alcalde realista enfocado a resultados. Un líder de proyectos que ha sabido adaptarse a la dificultad del terreno público.
“Uno quiere hacer muchas cosas pero sólo tiene 4 años –expuso el alcalde–: Vengo del sector privado y en el sector público todo parece que estuviera hecho para no hacer nada”.
Enfrentado a una situación más que crítica (el 53% de la ciudad no tenía alcantarillado, un déficit enorme de vivienda, más de 80.000 personas desplazadas y una situación financiera deprimente), el actual dirigente tuvo que recurrir a la creatividad y convertir la imagen de una ciudad manchada por el estigma de un conflicto interminable.
“Nos reconocían únicamente por la ganadería y la agricultura, y encontramos ese tesoro del río Sinú”, comentó Carlos Eduardo Correa. El cambio se centró en crear una sinergia positiva y facilitar la reconciliación de grandes sectores aislados entorno a puntos claves de la geografía.
“Empezamos a construir una historia de ciudad”, explicó el alcalde de Montería. Y esa historia inició con la construcción del alcantarillado (que hoy cubre el 86% de la superficie) y la construcción de la ronda del Sinú: un macro-proyecto en la orilla del río que permite la adecuación de 22.000m2 de espacio público y un muelle ecoturístico.
El río parece ser el punto de encuentro de todos los monterianos. De tal forma que en breve se construirá un puente que reunirá la margen derecha y la izquierda. “Queremos devolver el río a la ciudad”, expresa el alcalde. “Todos los esfuerzos de la ciudad tienen que ser para el río”.
Pero, ¿a qué se debe ese viento renovador que inspira a la alcaldía? Primero, la visión del equipo que lidera los proyectos y, luego, la competencia y persistencia de quienes acompañan la labor. “Toca tener un equipo comprometido”, sostiene el alcalde.
Ahora que está permitido soñar, Carlos Eduardo Correa ve más allá de los límites de su ciudad. “Queremos llevar la amabilidad de la ciudad al campo”, pero esto no es todo: “Espero ver un vuelo internacional el año que viene en Montería”.
Mientras tanto, el alcalde se alegra del aire de confianza que se respira y, consciente de ello, no duda en invitar a todo el mundo a las fiestas de la ciudad en Junio: centradas, cómo no, en el río Sinú.
Artículo publicado en Panorama Cultural.