En últimos años Córdoba ha presenciado momentos que han favorecido su desarrollo económico. No es un secreto que nuestra capital, Montería, ha tenido un crecimiento estable y se ha convertido en una ciudad emergente y en un referente nacional. Si bien muchos de los catalizadores se han gestado en el departamento, también debemos detenernos a mirar a nuestros vecinos y entender cómo lo que están haciendo nos puede ser beneficioso. Miremos más precisamente hacia el Urabá.
En esta subregión se desarrollan proyectos de infraestructura de gran envergadura y Montería, como la ciudad capital más cercana, debe saber aprovechar estas circunstancias para consolidarse como líder de un nodo que abarca el norte de Antioquia y gran parte de Sucre.
El carro está listo, debemos agregarle la gasolina y prender motores para que en pocos años podamos ver que esto no es sólo un sueño.
Aquí el capital humano debe estar preparándose para afrontar esas nuevas demandas. La oferta de la educación técnica, tecnológica y universitaria debe empezar a mirarse en el espejo de Barranquilla, cuyos centros educativos capacitan la mano de obra y profesional aptas para atraer y mantener una industria que abarca desde los procesos de manufactura hasta los logísticos. Todo esto, por supuesto, debe hacerse sin olvidar la vocación agropecuaria de la región, de la que hablaremos más adelante.
De acuerdo a cifras del Gobierno Nacional, sólo Puerto Antioquia, en Turbo, generará 1.800 empleos en la etapa de obras durante tres años y se estima que vinculará cerca de 1.000 personas para su funcionamiento. Ese municipio antioqueño está a poco más de tres horas de Montería y hace mucho que debimos empezar a preguntarnos cuánto de ese empleo iba a formarse con nosotros. La megaobra de Puerto Antioquia fue adjudicada en marzo del año pasado y estará en capacidad de atender buques portacontenedores de hasta 366 metros de eslora. A este se suman dos puertos más (Pisisí, también en Turbo, y Darien International Port, en Necoclí) que serán un enlace clave con el Canal de Panamá, Centroamérica y las Islas del Caribe.
La proyección del Gobierno Nacional para estos puertos es que servirán al Eje Cafetero, Antioquia y Cundinamarca, que generan el 70% del PIB de Colombia. Pero Córdoba – que está más cerca- no está en sus cuentas; lo que nos demuestra que nuestra industria no es lo suficientemente fuerte ni competitiva y a eso tenemos que apostarle.
Por eso, paralelamente, el reto de Montería va más allá de ser una ciudad oferente de servicios. El proyecto Agrópolis del Sinú, que pretende convertir a la capital cordobesa en una despensa agrícola de gran importancia para el país, ve aquí una magnífica oportunidad de consolidación en los mercados internacionales. Ya se han materializado varios proyectos y la meta es sacarle provecho a las 320 mil hectáreas fértiles cuyos productos, claramente, necesitarán abrirse espacio en nuevas plazas.
Regresando, entonces, a lo que se gesta aquí, no podemos olvidarnos de la internacionalización del aeropuerto Los Garzones, que hoy es oficial en papel y que debe convertirse en una realidad. Más allá de tener un aeropuerto para transporte de pasajeros, nuestro foco debe estar concentrado en la creación de espacios que faciliten la comercialización de los productos de la región y la conectividad con otros ejes de comercio. Se crea entonces, una urgencia de invertir en la industrialización y en una cadena de frío para potenciar la exportación agrícola y de carnes.
Ya se han materializado varios proyectos y la meta es sacarle provecho a las 320 mil hectáreas fértiles cuyos productos, claramente, necesitarán abrirse espacio en nuevas plazas.
Todo este panorama nos invita a prepararnos, si es que aún no lo estamos haciendo, para la demanda de servicios y productos y poder traducir esas ventajas en una mejora de la calidad de vida de los habitantes del departamento. El carro está listo, debemos agregarle la gasolina y prender motores para que en pocos años podamos ver que esto no es sólo un sueño.
Artículo original de El Meridiano