Montería volvió a ser noticia: fue seleccionada como una de las urbes con mayores compromisos con el desarrollo sostenible, esta vez junto a otras dos ciudades de Colombia y 60 más del resto del mundo, con las que compite en We Love Cities.

Esta es la muestra más diciente de que el trabajo de Montería en esta materia no ha parado, al contrario, que sigue adelante y con más fuerza. Lo digo porque sé que el proceso para participar es bastante exigente.

We Love Cities es una campaña del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), en el que las ciudades voluntariamente reportan sus acciones frente al cambio climático en aspectos como transporte, energía, edificaciones, entre otros.

Un jurado internacional de expertos en esta materia evalúa técnicamente diversos indicadores de desempeño en cada ciudad y, de acuerdo a eso, escoge a las finalistas de cada país. Aquí es importante resaltar que en las cinco versiones del desafío, Montería siempre ha quedado en los primeros lugares de Colombia.

Precisamente, en mi período como alcalde, en el 2014, Montería quedó entre las cinco finalistas entre 163 a nivel mundial y ganó el título de Capital Nacional de la Hora del Planeta, galardón que repitió en 2015 y 2016. Además, en 2018 fue reconocida como la Capital Sostenible de Colombia, también en el marco de We Love Cities.

Cuando obtuvimos el primer título nos postulamos con varios proyectos de energía solar para abastecer colegios, entidades del gobierno y el alumbrado público, entre otros retos y acciones para direccionar a la ciudad hacia una cultura de sostenibilidad.

Bajo ese gran marco logramos realizar un piloto de energía solar en la Institución Educativa Martinica y dimos inicio la construcción de 32 kilómetros de ciclorrutas del proyecto Conexión Verde. En esa ocasión, además, los jurados valoraron el cambio de sodio a led que se dio en algunas redes de alumbrado público, la continuación de la Ronda del Sinú en el sector mercado y los proyectos de cara al río.

La versión de este año es un reconocimiento a ese pacto con la gente y con la ciudad para proteger el medioambiente y mitigar los efectos del cambio climático. Y resalta, entre varios proyectos, la siembra de 250 mil árboles de especies nativas, el transporte fluvial Businú y la reconstrucción del colegio Juan XXIII como un modelo nacional de infraestructura sostenible.

No es cuestión solo de ganar un concurso internacional, sino de que la ciudad y sus pobladores se vean reconocidos en todo el mundo por sus acciones de sostenibilidad. Estoy seguro de que esto, además del reconocimiento, seguirá poniendo a Montería y al departamento en el foco de inversionistas y de organismos internacionales para sumar pedalazos por esa gran ciclovía hacia la protección y uso responsable de lo que nos ha dado la naturaleza.

Hoy más que nunca debemos continuar por esa senda. Desde la administración local están convencidos de ello y sé que los monterianos también. Ahora debemos asumir los nuevos retos que nos trajo la pandemia y, como ciudad, seguir migrando hacia modelos más sostenibles teniendo al río Sinú como nuestro gran eje de desarrollo.

No puedo terminar esta columna sin invitarlos a votar por Montería en el desafío de ciudades. Pueden hacerlo en www.welovecities.org, donde, además de dar su voto, dan su opinión sobre cómo creen que la ciudad debe seguir evolucionando hacia la sostenibilidad. También pueden utilizar la etiqueta #WeLoveMonteria (así, sin tilde) en todas sus redes sociales. Amamos Montería y amamos la ciudad en la que nos hemos convertido, hagamos ahora que el mundo entero lo sepa.

Carlos Eduardo Correa

*Exalcalde de Montería

Publicado en El Meridiano.

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