En la gran revolución verde las ciudades se convierten en sistemas complejos a nivel social, económico y de infraestructura gris y verde. La transición hacía la sostenibilidad de las urbes implica grandes cambios, inversiones masivas a corto,mediano y largo plazo y la concientización de la importancia de cada uno de los cambios que se requieren hacer, con el fin de hacer el hábitat de dos tercios de la población para 2050 sostenible. Sin embargo existen grandes baterías de indicadores para monitorear y hacer seguimiento a la transición, que no incluyen la salud como una variable de importancia.
Esta semana se anunció que la COP28 que se llevará a cabo en los Emiratos Árabes en noviembre tendrá por primera vez en la historia un día dedicado al vínculo entre salud y cambio climático. En esta ocasión se convocará a los Ministros de Salud para dialogar sobre la carga del sistema de salud que implica los efectos del cambio climático no solo a nivel de respuesta de los sistemas sino en recursos financieros y técnicos para los pacientes asociados a altas temperaturas y la posibilidad de propagación de vectores de enfermedades.
La semana pasada Corporate Knights sacó su informe anual de ciudades sostenibles, evaluando 70 ciudades a nivel mundial, 23 más que el informe pasados basado en 12 indicadores Emisiones de GEI en el alcance 1, Emisiones per cápita a partir del consumo, calidad del aire, espacios públicos, transporte sostenible, dependencia del vehículo, eficiencia de las vías, consumo de agua, acceso a agua potable, generación de residuos sólidos, resiliencia al cambio climático y políticas de transición energética y generación limpia.
Como resultado el top 5 de ciudades sostenibles de acuerdo con este ranking son Estocolmo, Oslo, Copenhague, Lathi, y Londres. En el caso de Latinoamérica y el Caribe, Arequipa se posiciona en el puesto 27, Buenos Aires en el puesto 37, Ciudad de México 41 y Curitiba en el puesto 43.
Dentro de los indicadores medidos no se encuentra la salud como mecanismo para identificar avances en la sostenibilidad de un ecosistema urbano. La Organización Mundial de la Salud mide a nivel global diversos indicadores tales como fallecimiento prematuro, prominencia de VIH, embarazos no deseados, acceso a centros de salud o longevidad.
Al implementar soluciones basadas en la Naturaleza en las ciudades uno de los indicadores que se debería ver más impactado es el de la salud. Los espacios verdes permiten el deporte y el esparcimiento que impactan en obesidad y enfermedades cardiovasculares, la arborización de zonas mejora la calidad de aire y reduce enfermedades pulmonares, la limpieza y circularidad del agua impactará enfermedades como diarrea.
A su vez la destrucción de hábitats genera desplazamiento de especies de fauna, lo que amplía la posibilidad de entrar en contacto con virus y bacterias que se encuentran en la saliva, pelaje de los animales y que el ser humano no tiene respuesta inmunológica.
Ya se han hecho ejercicios de incluir la salud como una variable importante de la sostenibilidad. Por ejemplo en el libro DrawDown de Paul Hawken se establece que la planificación familiar y educación sexual si es implementada a nivel global puede reducir 59.60 Gigatoneladas de emisiones de GEI.
Otro ejemplo son los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esta agenda global tiene un objetivo específico para el tema de salud el ODS 3, garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, con 13 metas.
Por último, me quiero referir como elemento integrador de la sostenibilidad ambiental y la salud son las Contribuciones Nacionalmente Determinadas. Las NDC, por sus siglas en inglés, son una hoja de ruta dividida por sectores económicos donde se plantean metas y objetivos para la consecución de la carbono neutralidad. En ese sentido, la WWF estableció un ranking donde se determinan cuales son las mejores prácticas de construcción de la NDC y reconoce la inclusión del sector salud como una buena práctica implementada en el caso colombiano y que debe ser replicada.
Por lo tanto la salud como indicador de sostenibilidad debe ser tenido en cuenta en la construcción de políticas públicas, movilización de recursos financieros a sectores no tradicionales de inversión del sector salud y mejorar la calidad de vida de los habitantes de las ciudades.